Una noche de agosto de 1799 cambió el destino del mundo: Napoleón Bonaparte, en el interior de la Gran Pirámide de Giza, se enfrentó a un secreto milenario que alteraría para siempre su destino…
En el verano de 1798 más de treinta mil soldados franceses desembarcaron en Egipto al mando del general Bonaparte. Su misión oficial era la de liberar al país del Nilo de tres siglos de dominio turco y, de paso, bloquear la navegación libre de los ingleses con sus colonias orientales. Sin embargo, el joven Napoleón hizo algo que ningún otro estratega había hecho jamás: se llevó a más de un centenar de sabios de todas las disciplinas para que estudiaran, consignaran por escrito y copiaran todo cuanto pudieran de aquel país maravilloso. Templos, tumbas, momias, túneles, tesoros fastuosos y pirámides se abrieron a su paso, desvelándoles un mundo nuevo y milenario a la vez.
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